Dado el momento el bebé alrededor de los 8 meses se sentará a comer con la familia, o cuando la madre le de sus alimentos y es propicio para ese momento contar con una buena silla donde sentarlo, tanto para comodidad del bebé como para la de la mamá que es la que generalmente lo alimenta. Las caídas son el peligro más grave que entrañan las sillas para comer.
Tips a tener para reducir riesgos de caída en el bebé
- Si se trata de una silla plegable, que suelen ser prácticas cuando no nos sobra espacio, compruebe que el seguro este bien puesto cada vez que coloque al niño en ella.
- Sujete siempre bien a su bebé con el cinturón de seguridad cuando lo siente en la silla, y no le permita nunca que se ponga de pie sobre ella.
- Jamás coloque la silla de comer cerca de un mostrador o de una mesa, el niño podría impulsarse contra estas superficies y volcar la silla.
- Nunca deje al niño pequeño sentado en la silla para comer sin la supervisión de un adulto, ni permita que los niños mayores suban a la misma, o jueguen con ella, ya que podrían volcarla.
- Las sillas portátiles de abrazaderas, que se enganchan en la mesa, no son un buen sustituto de las sillas de suelo. Pero, si piensa utilizar este modelo cuando valla de viaje o para comer fuera de casa, adquiera una que se acople bien a la mesa. Asegúrese de que la mesa es suficientemente pesada para soportar el peso de la silla y del bebé. Compruebe también que el niño no puede tocar los soportes de la mesa con los pies. Si los empujara con fuerza podría llegar a desenganchar la silla y ocasionarle daños.
Los asientos deben estar forrados de algún material sintético que pueda lavarse con agua, jabón y un cepillo sin que se deterioren.