Dando lugar importante al estilo de cortes volumétricos, la Semana de la moda en Milán reunió diseños con características que se pueden identificar como comunes entre un diseñador y otro.
La tendencia de colores fue evidente: el empleo de prendas lisas y de tonos nude y claros. El blanco y el beige predominaron. Los diseños de colores más brillantes corresponden al amarillo, como en la primera falda de la imagen de arriba y el vestido con hombro escotado que vemos a la derecha de la fotografía siguiente.
La caída de los diseños fue libre, es decir, no abundaron los plisados sino los cortes lisos cuya forma cedía al paso de las modelos.
Las primeras tres creaciones son de Salvatore Ferragamo, y en ellas se destaca el empleo de cuellos camisados que dejan caer solapas con forma triangular. La longitud de las faldas y vestidos es sobria y favorece a un look apropiado para la temporada.
Estos tres diseños corresponden a la autoría de Bottega Veneta, para quien el amarillo y el blanco fueron protagónicos. Esta firma jugó con la variedad de escote, ya que tuvieron presencia aquellos rectos como el primero, profundos en forma de «v», y asimétricos.
Foto: Blog de Lorena
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