En el segundo trimestre de embarazo el feto cobra una gran importancia en cuanto al ritmo de crecimiento y desarrollo. Aproximadamente al alcanzar los 6 meses de gestación mide unos 35 centímetros y pesa un kilogramos, se puede diferenciar perfectamente si es de un sexo o el otro y su corazón late y se escucha fuertemente apenas se coloca el fonendoscopio en le vientre de su madre.
Como ya ha adquirido sus períodos de sueño y de vigilia, es muy común que la madre note como se mueve ya que su tamaño le permite ir de un lado al otro y colocarse en cualquier posición dentro de la bolsa de líquido amniótico. Es en esta etapa donde desarrolla reflejos como los de tragar o succionar y responde a cualquier tipo de estímulo externo.
Casi todos sus movimientos fetales dejan de ser por reflejo, y se transforman en movimientos voluntarios a los cuales el pequeño responde frente a cualquier estímulo externo a medida que se van desarrollando sus sentidos.
Destacaremos algo increíble, pero mientras el bebé se desarrolla cada vez que se da vuelta y cambia de posición dentro del vientre materno, sus neuronas se multiplican y se conectan entre sí para funcionar correctamente y esto seguirá sucediendo los primeros años de vida, dependiendo de los estímulos que se le brinden para hacer trabajar su cerebro.