Es muy común que los padres notemos que los niños en alguna etapa quieren dormir con los padres, ya sea en la misma cama o en la misma habitación, dado que al encontrarse en su habitación solos sienten que se los está excluyendo de la relación familiar.
Este sentimiento se da porque ellos no toleran ser excluidos y los papás a veces nos sentimos mal y culpables, pero tanto ambas partes deben entender que la exclusión es parte del proceso de desarrollo y crecimiento de nuestro pequeño.
Los celos, la envidia, la bronca, la rabia y el odio, cuando quedan excluidos de la cama de los padres son sentimientos opuestos que tarde o temprano surgen en cualquier relación familiar, para instaurar legalidad y regularizar las emociones, ordenándolas.
Muchos niños sienten que sus padres son muy perspicaces al dormir juntos y les da bronca que ellos se tienen que quedar solos durmiendo en sus habitaciones, pero como padres conscientes de que no es bueno que el niño a cierta edad, siga compartiendo nuestra habitación o nuestra cama para dormir, debemos hacerle comprender que en algún momento de la vida, él también podrá dormir acompañado.
El sentimiento de exclusión, como todas las fases de crecimiento de nuestros niños debe ser tratado con tranquilidad y paciencia, para que quede claro los lugares que cada uno ocupa en la familia, y de esta forma favorecer el crecimiento saludable de nuestros hijos.