Al tomar la decisión de realizarnos algún tratamiento estético que requiera que pasemos por el quirógrafo, es natural que muchas tengamos ciertos miedos, sobre todo aquellos relacionados con la anestesia.
- Miedo a no despertarse luego de la operación: Esto es casi imposible por la calidad de fármacos que se utilizan, además las cirugías se realizan con controles de monitoreo, para detectar a la brevedad cualquier tipo de imprevisto y corregirlo. Es cierto que la paciente se encuentra dormida, pero su organismo inmunológico sigue trabajando activamente.
- Miedo a sentir dolor: Durante la anestesia se administran otras sustancias que tienen efectos combinados, manteniendo al paciente relajado, y se duerme justamente para no sentir dolor, de todos modos cabe destacar que ninguna cirugía se inicia hasta que la persona responsable se asegura que el paciente está totalmente dormido.
- Miedo a que la anestesia no haga efecto: Con los avances que hay en cosmetología, se consigue que el paciente no solamente posea un efecto sedado y para evitarle el dolor, sino que al mismo tiempo se puede controlar la duración del mismo.
- Miedo frente a una reacción alérgica de la anestesia: Esto es muy poco probable, de todos modos existen muchas alternativas para evitar justamente éste inconveniente.
- Miedo a que se administre anestesia de más: Si bien las drogas no se administran en todos los pacientes de igual forma, sino dependiendo de su condición y de la operación a la que se lo somete, se la puede regular durante la misma, gracias a los parámetros que arrojan los constantes monitoreos, es muy difícil que suceda una sobredosificación.