Los golpes de calor, consisten en un incremento de la temperatura corporal, que puede llegar a superar técnicamente los 40 grados y el sobrepeso y la exposición a altas temperaturas, sobre todo en épocas de verano pueden favorecer a su aparición.
Esto sucede por una incapacidad del organismo para disipar el calor y regular nuestra temperatura, y la predisposición es mayor en bebés y ancianos, como así también en personas que poseen sobrepeso, y que se encuentran mal nutridos, aunque también es muy común en deportistas y cuando se realizan actividades de gran esfuerzo en horarios no recomendados, o con el uso de ropa inadecuada.
Tenga siempre presente que la temperatura corporal no debe sobrepasar los 35, o 36º de temperatura, ya que en ese caso debería extremar las medidas de cuidado.
Incremente el consumo de líquidos, no utilice ropas de colores oscuros o de telas pesadas, consuma frutas que son ricas en azúcares y mantienen el cuerpo hidratado, los descansos que tome, realícelos a la sombra, y tenga mayor cuidado sobre todo con los niños y personas de la tercera edad.
Por otro lado debido a la incapacidad de los bebés y niños de manifestar las molestias que el golpe de calor provoca preste atención a la coloración de su piel y a su temperatura, en los lactantes se hace fundamental cuidar su alimentación e hidratación sobre todo de la madre que está lactando.
Evite actividades en horarios pico, y de ser una persona que practica deportes recuerde que debe ir progresivamente aclimatando su cuerpo para acostumbrarlo al calor, y al exceso de sudoración. Bajo ningún punto de vista deje de hidratarse.
Foto: Gracias a Aunt Owwee
