Todos sabemos que una correcta alimentación y hacer deportes son esenciales para mantener saludables nuestros huesos, pero lo cierto es que acumular reservas durante la infancia y la juventud son fundamentales para el resto de nuestra vida, y así conseguir huesos verdaderamente fuertes.
En la dieta no deben faltar aportes suficientes de calcio, fósforo y vitamina D, ya que ellos colaboran siendo muy importantes, sobre todo cuando hay factores físicos y genéticos a padecer problemas óseos.
Durante la infancia, la adolescencia y al llegar a la primera instancia de la vida adulta, es muy importante el calcio ya que el mismo se ocupa de densificar al máximo nuestros huesos, este fenómeno se lleva a cabo hasta alrededor de los 30 años, donde los índices de calcio alcanzan su punto máximo, si ha sido consumido correctamente durante los años anteriores de vida.
Se considera que un adolescente de 18 años, ya ha alcanzado en ambos sexos hasta un 90 a 95 % del calcio sobre su masa ósea individual.
Por lo tanto si somos conscientes y durante estos años nos mantenemos alimentándonos correctamente y practicando algún deporte, tendremos un correcto depósito óseo y contaremos con reservas suficientes para mantenernos en las próximas etapas posteriores de nuestra vida.