En cuestión de bañeras lo más utilizado suele ser el acrílico, ya que es bien ligero y barato, pero hay que tener en cuenta que de no ser de buena calidad podría romperse o agrietarse con su uso.
Las bañeras de acero son muy sólidas, económicas y no resultan pesadas, además se adaptan correctamente a los cambios de temperatura, y son muy sencillas de mantener, lo único que debemos tener presente al optar por ellas que que su esmalte, puede llagar a saltarse.
Por otro lado contamos con bañeras de fundición que se adaptan a la perfección a los choques térmicos, son muy resistentes y fáciles de mantener gracias a su esmalte vitrificado que las recubre. Las bañeras de cerámica pueden partirse si se les cae algún objeto pesado encima, y son demasiado pesadas, así que hay que evaluar muy bien el espacio y las estructuras antes de elegirlas.
Las de materiales sintéticos, son ligeras, resistentes y de colores bien brillantes, se fabrican mediante moldes lo que nos permite una gran variedad de formas, fondos antideslizantes, y sus paredes siempre se encuentran a temperatura ambiente. Así mismo las de madera o de piedra natural, son las más elegantes y sobrias, sofisticadas, pero son bastante caras, además de ello presentan un alto costo de mantenimiento, y son muy pesadas, por lo que cabe evaluar si realmente vale la pena invertir en una de ellas.