La anafilaxia es una reacción alérgica rápida y severa y una de las emergencias médicas más problemáticas a las que un padre se puede enfrentar. Todo empieza cuando el sistema inmune de forma erróneamente responde a una sustancia que no es peligrosa como si fuera una amenaza seria, liberando así la histamina y otros químicos que causan un gran número de síntomas, algunos de ellos que pueden poner en peligro la vida.
Los síntomas que tu niño puede tener en esos casos incluyen la inflamación de la piel, de la garganta, del rostro, de los labios y de la lengua; problemas para respirar con normalidad, pulso rápido o latidos cardiacos irregulares, urticaria, mareos, desmayos o pérdida del conocimiento, náuseas, vómitos, dolores abdominales, diarrea, tener la piel extremadamente pálida y sudorosa, enrojecida o de un color azul y tener confusión.
Los síntomas usualmente aparecen en las dos primeras horas después de la exposición a la sustancia, algunas veces incluso minutos, aunque es posible que los síntomas puedan aparecer hasta cuatro horas después. Existen varios agentes que pueden causar estas alergias entre los más comunes se encuentran las nueces, los mariscos, los pescados, la leche y los huevos, aunque cualquier clase de comida puede desencadenar una reacción alérgica.
También se encuentran las drogas de la familia de las penicilinas, incluyendo el popular antibiótico amoxicilina; las picaduras y mordidas de insectos en especial aquellas de los abejorros, las abejas de la miel, las avispas, las hormigas coloradas, las avispas comunes también conocidas como chaqueta amarilla; así como el látex que es utilizado en las facilidades de salud y los preservativos y colores artificiales en las comidas.
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