Si bien la otitis es una infección que puede darse en cualquier época del año, es muy común y notoria en el verano y durante las vacaciones, ésto se debe a los baños más frecuentes, al acceso de los pequeños a la pileta o los baños en el mar que favorecen la proliferación de los virus y bacterias que atacan los oídos.
Se detecta porque el pequeño se siente molesto o le duelen los oídos, y suele aparecer una secreción amarillenta y purulenta verdosa, en los bebés se manifiesta con intranquilidad, insomnio, pérdida del apetito y cuando llegamos a la consulta pediátrica el médico la diagnostica.
Por lo general el especialista recomendará que se tomen antiinflamatorios para calmar el dolor y algún antibiótico para tratar la infección, en gotas. En éstos casos os recomendamos frotar el frasco entre las manos para que tome temperatura, y recién colocarle al pequeño en el oído tratando de que no se mueva para que las gotas no salgan, y luego cubriremos con un taponcito de algodón estéril.
Por esos día es mejor que el niño no asista a la pileta ni sumerja los oídos en el agua, en caso de tener que bañarse muy seguido por las altas temperaturas, es mejor que se coloque taponcitos de algodón en los oídos, y los retire una vez que se haya bañado.