A medida que nuestros hijos van creciendo el tema del sueño se hace cada vez más difícil, a punto que muchas veces, son ellos los que se quieren imponer frente a los horarios, y no hacer lo que los padres deseamos. Como siempre decimos, los adultos somos nosotros, y hay que ponerles límites claros y concretos.
Recordemos siempre que antes de acostar a nuestros niños, debemos prestar mucha atención a sus necesidades fisiológicas, y afectivas, hacerles entender mediante rutinas que una vez en la cama, no deben levantarse a tomar agua, corretear por la casa y ponerse a jugar.
En lo que a los mellizos refiere, lo ideal es que siempre los hermanos duerman juntos, hasta el momento que cada uno reclame su propio espacio. Compartir la habitación puede llegar a fomentar una relación mucho más intensa y hacer que los hermanitos establezcan un vínculo, sobre todo en estos primeros años de vida, que perdurará para siempre.
No obstante debemos prestar atención si alguno de ellos es de dormir más y el otro mucho más despierto, en este caso, si cabe la oportunidad lo mejor sería que cada uno duerma en su propia habitación, temporalmente, hasta que se reduzcan los inconvenientes y ambos tengan los mismos tiempos de sueño, y puedan descansar juntos placenteramente.
Foto: Gracias a iamsmapte