La diarrea ocurre cuando la cubierta interior del intestino sufre algún tipo de lesión. Lo que hace que las heces sean más blandas de lo habitual significa que los nutrientes ingeridos no han sido digeridos o absorbidos apropiadamente por el intestino.
También el tejido lastimado, tiende a filtrar líquidos, con lo que se pierden sales y minerales. Estas pérdidas se agravan si nuestro bebé ingiere alimentos o refrescos azucarados, puesto que el azúcar no se absorbe, atrae más líquido, agravando la diarrea.
Si su hijo presenta vómitos seguidos de diarrea al cabo de unos días, puede tener una infección de origen viral en el tracto intestinal.
Si le está dando el pecho, el pediatra le sugerirá que siga amamantándolo, y si lo hace con leche de fórmula probablemente también, pero en algunos casos los pediatras sugieren alimentar a nuestro hijo con una solución especial que contiene electrólitos (sal y potasio) y azúcar.
Cuando se introduzca la leche es posible que el médico le recomiende empezar a darle una leche diferente durante varios días, Esto se debe a que la diarrea puede acabar con las encimas necesarias para digerir el azúcar de la leche de vaca.
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