Por los dÃas que corren muchos al no tener tiempo y seguir el ritmo que la vida diaria nos impone, nos olvidamos y hacemos oÃdos sordos al viejo consejo que sugiere masticar mil y una vez , cada bocado que nos llevamos a la boca.
Sin embargo esta creencia tiene un fundamento completamente comprobado, ya que los dientes cumplen una triple función , masticar, estimular la salivación y cargar de energÃa etérica (nerviosa) todos los órganos del sistema digestivo, con los cuales están conectados mediante sus respectivos nervios, por eso la mayorÃa de los profesionales hacen hincapié recomendando prologar la masticación.
Mientras masticamos un bocado, los maxilares producen un excelente trabajo, y son los encargados de la trituración de los alimentos, la energÃa que se distribuye a través de el nervio que posee cada diente y se acumula exactamente en el órgano que a cada uno le corresponde. A medida que se mastica, se produce a la altura del ombligo y alrededor de la cintura una creciente luminosidad, semejante a la de un aro fluorescente, y esa energÃa que poseen los alimentos vivos a través de la masticación , recorre la red nerviosa que inerva cada zona del cuerpo y lo carga de absoluta vitalidad.
Más allá de que masticar correctamente la comida nos ayuda en la digestión, este es el fundamento base, que debemos tener en cuenta, la próxima vez que nos llevemos un bocado a la boca, y lo pongamos en práctica, seguramente lo disfrutaremos mucho mejor.
Foto: Gracias a Britt Selvitelle