La sangre del recién nacido contiene un alto grado de células madres, y parte de la misma se descarta en el momento del nacimiento junto con la placenta. Toda esa sangre suele desecharse, pero parte de la misma queda atrapada en la placenta y en el cordón umbilical una vez que este ha sido cortado.
Es importantísimo hacer saber a los padres que la sangre que se encuentra allí es sumamente valiosa, para el resto de la vida de su hijo, y por eso se hace hincapié en que se conozca correctamente el tema de las células madres, con toda la importancia que esto tiene.
Una vez que es recolectada la sangre del cordón se la hace llegar lo más rápidamente al laboratorio, y no debe pasar más de 48 horas, dado que se comienza a perder la calidad de las células madres, una vez que llega al mismo, se separa, la sangre que no sirve, las células madres, glóbulos rojos, blancos, plasma etc. Se concentran las células y luego se pasa a su congelamiento a 200 grados bajo cero en nitrógeno líquido, en tanques que poseen un alto grado de bioseguridad y para que estas valiosas células estén disponibles, puedan servir a lo largo de toda la vida de nuestro hijo permaneciendo intactas.