Este es un problema más habitual de lo que se piensa y puede ser causado por muchos factores. Es importante puntualizar que todos los casos de fallecimiento intrauterino se deben a una insuficiencia placentaria relacionada a la falta de oxígeno y nutrientes para el bebé.
Entre las causas más comunes se destacan la hipertensión, la toxoplasmosis y la diabetes.
El fallecimiento intrauterino se presenta por un desprendimiento prematuro de la placenta, eliminando la conexión entre el niño y su madre, lo que se traduce una interrupción de su oxigenación y nutrición, provocando la muerte del feto. Los médicos afirman que la atención rápida es clave para disminuir los riesgos que representa para la madre.
Puede presentarse que el cuadro de hipertensión resulte anterior al embarazo, por ende crónico, o que se presente durante y a causa del embarazo, como una preeclampsia.
Si la madre visita al médico por sensación de dolor y se determina que existe un cuadro secundario al desprendimiento de placenta, es preciso inducir el parto para que llegue a término.
Si la madre está en trabajo de parto con una dilatación correcta es tarea de los médicos atender el parto o realizar una cesárea con el propósito de salvar la vida del niño.
Entre los factores más importantes relacionados a la muerte intrauterina se encuentran los cuadros hipertensivos en el embarazo, una preeclampsia que se haya presentado con cuadros muy agudos durante la etapa de gestación o que la madre sea hipertensa crónica, lo que representa un riesgo para el embarazo.
Lo ideal que ante el primer síntoma o dolor la paciente visite a un especialista.
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