El dolor agudo llega rápido, usualmente después de una lesión o de una infección y usualmente se va rápidamente con la ayuda de medicamentos para el dolor o antibióticos. Por otro lado, el dolor crónico persiste, y para algunas personas puede llegar de improvisto, con ninguna enfermedad o herida que lo haya desencadenado y se puede experimentar en dolores como de cabeza, de espalda, de articulaciones, de los nervios o en cualquier otra parte.
Los expertos creen en la actualidad que una de las causas del dolor crónico es una disfunción en el sistema nervioso. Las neuronas, que son las células del sistema nervioso que se comunican entre ellas, se sobreexcitan y después de la causa original del dolor, que pudo haber sido una enfermedad o una lesión, siguen disparando mensajes entre ellas.
Y es por esto que la persona sigue recibiendo señales persistentes de dolor. Los científicos también creen que las células que normalmente inhibirían estas neuronas de seguir enviando sus mensajes de dolor se mueren, se empiezan a degenerar con el tiempo o simplemente no tienen el poder suficiente de controlar a estas neuronas sobreexcitadas y se vuelven menos efectivas.
Los expertos aseguran que esas neuronas que se excitan fácilmente y de forma exagerada no tienen un mecanismo dentro de ellas para mantenerlas bajo control, por lo que existen las otras células que son las que tienen la capacidad de controlarlas cuando ya no existe un motivo para estar excitadas, pero al no funcionar ese mecanismo, lo que hace es que siguen enviando mensajes sin ningún control.
Foto: Brymo
Lo más comun es que el dolor crónico sea tratado con medicinas como vicodin, percocet ó lortab. Que sirven para controlar el dolor aunque sus efectos secundarios son peligrosos para el sistema nervioso.
Maxell
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