Es común que las mujeres embazadas, varíen su ciclo normal del sueño mientras más se acercan a su fecha de parto. Cada trimestre los síntomas de la gestación son diferentes y el sueño se ve afectado por los diversos cambios que ocurren durante este largo proceso.
En los primeros tres meses, los cambios podrán sentirse más agudos, sobre todo para aquellas mujeres que son primerizas y que empiezan a vivir una experiencia totalmente nueva. Junto con las nauseas y los mareos, el primer trimestre de la gestación viene acompañado por el sueño frecuente, debido a que la progesterona aumenta hasta en un 300 por ciento, produciendo un efecto sedante en el cerebro y en los músculos, por lo tal la frecuencia de orinar también aumenta.
Desde el cuarto al sexto mes, el sueño puede seguir siendo un síntoma prominente pero un poco más controlado. Lo que si va en aumento son las ganas de orinar más seguidas, sobre todo en las noches y durante lo madrugada por lo que el sueño será más interrumpido.
En el último trimestre, habrán aumentado mucho más los motivos que causen falta de sueño o que las horas de sueño no se completen en su totalidad debido al tamaño de la barriga que hace que la futura madre se sienta mucho más incómoda, causándole dificultades para poder dormir, de la misma forma los movimientos del bebe son más seguidos y se pueden sentir con más fuerza provocando algunas veces cierto dolor a la madre. También se hacen presentes las preocupaciones referentes a la fecha del parto, los cuidados que necesitará el niño y los cambios que puedan suscitarse en la relación con la pareja.
Por todo ello se recomienda establecer una rutina para dormir y hacer algo relajante horas previas del descanso, como tomar un baño, o beber un vaso de leche con miel, el escuchar música o ver una película, puede ser una medida efectiva. También es bueno asistir a clases pre-parto o de paternidad o las llamadas psicoprofilaxis, cuyos consejos y recomendaciones serán de gran ayuda para superar miedos y preocupaciones respecto al tema.
