El estreñimiento es un mal que implica la evacuación incompleta del intestino, la disminución del volumen y del peso del intestino. Esta complicación en el sistema digestivo suele traer muchas dolencias especialmente en los bebés, cuyo organismo se encuentra en desarrollo y está adaptándose permanentemente a su dieta, ya sea por la incorporación de nuevos alimentos o por el aumento de la cantidad.
El estado nutricional de los bebés es de suma importancia para su crecimiento, y en general hasta los seis meses todas sus necesidades alimenticias son cubiertas a través de la lactancia materna.
Pasado este periodo es normal que el movimiento intestinal de los pequeños pase por un proceso de adaptación a medida que es expuesto a los diferentes alimentos, los cuales son incorporados de manera lenta y progresiva.
Dieta balanceada
Es importante saber que existen alimentos que por su composición pueden ayudar a evitar el estreñimiento como por ejemplo los duraznos, albaricoques, peras, ciruelas y los guisantes. Algunos pediatras recomiendan también el consumo del zumo de frutas diluido en agua, dos veces al día. Es importante tener a los pequeños correctamente hidratados, ya que esto también suele ser una causa frecuente de estreñimiento.
En el caso de que el bebé aún sea un lactante exclusivo, un aumento en la frecuencia del amamantamiento puede colaborar a evitar las molestias propias de este mal.
Métodos para aliviar el dolor
Si el niño ya sufre estreñimiento, los padres pueden masajear la barriga del bebé, preferentemente en un baño con agua tibia, desde el ombligo hacia el exterior y en sentido de las agujas del reloj. Se puede elevar suavemente las piernas hacia el estómago para mover los músculos y hacer presión suave sobre los intestinos.
En todos los casos, se necesita una consulta con el pediatra, el que podrá orientar a los padres acerca de la introducción de nuevos alimentos, de agua o zumo de fruta en la dieta del bebé, a fin de prevenir las constipaciones y los malestares estomacales.