Está comprobado que un 80 por ciento de los problemas de audición ya existen en el pequeño al nacer, es por eso que debemos poner cuidado y prestar atención para detectar como escucha nuestro hijo.
Generalmente los médicos cuando hay sospechas envían a realizar algunos estudios de rutina para descartar posibilidades. Luego de esos exámenes si el niño tiene problemas indican cual es el tratamiento correcto a seguir.
Si el niño ha perdido 40 decibelios, se suele decir que tiene una sordera leve, en éstos casos los médicos sugieren esperar y se observa como afecta al niño éste trastorno y si se adapta naturalmente puede continuar con su vida y desarrollo normal, sin problemas.
Si se han perdido entre 40 y 60 decibelios, ya estamos frente a una sordera moderada, en estos casos se indica el mismo tratamiento que en una sordera severa, que es cuando se pierden de 60 a 90 decibelios, y es allí cuando el especialista indica un audífono o prótesis auditiva para amplificar el mecanismo de escucha del oído del pequeño. Generalmente ésto favorece que al niño ya puede escuchar, comience a hablar sin problemas y se desarrolle tranquilamente.
Ahora si la pérdida es superior a los 90 decibelios estamos hablando de una sordera profunda, y puede deberse porque la cóclea que es la encargada de recoger los sonidos, no esté funcionando, si el especialista considera y están afectados ambos oídos, la solución suele ser un implante coclear, donde mediante una cirugía se coloca un dispositivo que usa sus propias señales para estimular el nervio auditivo y hacer que los sonidos finalmente lleguen al cerebro.
Ante la menor duda no dejes de consultar con tu pediatra.
Foto: Gracias a dlisbona