La piel de la madre, su olor, los latidos de su corazón y su voz hacen increíblemente que estos pequeños bebés nacidos antes de tiempo maduren mucho más rápido.
Cuando el bebé permanece piel con piel con su madre, su inmunidad también mejora rápidamente y sobre todo recuperamos ese momento que lamentablemente nos quito su nacimiento apresurado, estableciendo el vínculo con nuestro hijo.
Una vez que lo llevemos a casa es nuestra oportunidad de pasar todo el tiempo con él, respirando juntos, sintiéndose el uno al otro, ya que es sumamente saludable para ambos.
Muchas veces la ansiedad que se produce en el instante que nace el bebé, llena a la mamá de tristeza y angustia, además de ansiedad, sobre todo en estos casos, que una nunca sabe bien que es lo que pasa. Pero ese vínculo increíblemente inseparable que sentimos con nuestros bebés podemos recrearlo nosotras en cualquier momento, dedicando tiempo de calidad para ambos, aún después de que hayamos permanecido durmiendo separados por unos meses dada la circunstancia.
Por lo tanto mamá si este es tu caso, una vez que hayas podido llevarte tu hijo a casa, dedícale el mejor de los tiempos y aprovecha para recuperar este tiempo que no disfrutaste porque paso en la incubadora.
Es sumamente importante para que el bebé crezca y se desarrolle saludablemente, que escuche tu voz, y tenga tus caricias y mimos, además de lo gratificante que será para ti poder recuperar todo el tiempo perdido.
Foto: Gracias a César Ricón