Es muy común que las futuras madres se preocupen por todo, empezando por el estado del bebé dentro del útero, pasando por las opiniones de los demás y el estado de la habitación de tu hijo cuando todavía no ha nacido. Por eso aquí te traigo algunas de las cosas comunes por las que se preocupan las madres y que no debería ser así.
Preocupaciones en el embarazo
- No te preocupes si no puedes hacer todo lo que tenías planeado para cada día. El bebé no se va a dar cuenta de que la casa no se encuentra arreglada al cien por ciento.
- Recuerda que cada problema tiene una solución, y al confiar en alguien que sea cercano a ti o que creas que puede ofrecer ayuda o apoyo es dar un paso adelante. No tengas miedo de hablar con tu pareja u otra persona cercana.
- No te preocupes sobre cómo luces. Estás haciendo un milagro al tener una persona dentro de tu útero, y eso ya es más que suficiente.
- Si confías en tu ginecólogo, déjalo hacer su trabajo y sigue sus recomendaciones. Si no lo haces, busca otro doctor en el que puedas confiar. Nunca debes tener miedo al llamar a tu médico ya sea con problemas grandes o pequeños.
- No te preocupes por cosas como la comida o el peso. No hay necesidad de tener un ataque de ansiedad sobre el litro de helado que te acabas de comer. Tómalo como una recompensa especial por todo lo que haz logrado hasta el momento en tu embarazo y no lo pienses más.
- Si estás haciendo todo a tu alcance para tomar decisiones saludables, no te preocupes mucho. Las mujeres han estado teniendo bebés desde antes de que supieran qué se debe hacer y qué no.
- No te estreses sobre las reglas que las mujeres embarazadas de ahora tienen que seguir. Una ducha un poco más caliente de lo aconsejado no va a llevar a un desastre. Y si accidentalmente comes algo que no debías, no vas a lograr nada al preocuparte después del hecho.
Nuestras madres no tenían tantas restricciones y la mayoría salimos bien.