La comunidad científica ha investigado en los últimos años la relación entre la alteración de la mitocondria y numerosas patologías como el cáncer, el parkinson o el alzhéimer, con el objetivo de crear nuevas técnicas que permitan ejercer la medicina preventiva, incluso desde el mismo proceso de gestación.
Un grupo de investigadores de la Universidadde Newcastle de Inglaterra están trabajando en una nueva metodología, basada en combinar genes de tres personas, para que los bebés no hereden trastornos mitocondriales, los cuales pueden originar enfermedades multisistémicas (como fallos hepáticos, cardiovasculares o musculares).
Las mitocondrias son el motor de todas y cada una de las células por ser su principal fuente de energía, por lo que su mal funcionamiento puede derivar en numerosas enfermedades que, en algunos casos, son crónicas y carecen de tratamientos específicos.
Los avances en este sentido pretenden prevenir que los recién nacidos sufran estas patologías por haber heredado trastornos mitocondriacos, los cuales sólo se trasmiten a través de los genes de la madre. La nueva técnica consiste en transferir el ADN del óvulo fecundado de la madre, con riesgo de contagiar la enfermedad, a otro donado que no presente trastornos.
De esta forma, el nuevo cigoto contiene el ADN de los padres y las mitocondrias no dañadas de la donante, por lo que el recién nacido no hereda las patologías mitocondriales, las mismas que habría desarrollado en un alto porcentaje si no se hubiera aplicado una intervención médica. El pequeño continuará heredando el resto de características físicas y psíquicas de sus padres.
En el Reino Unido, se estima que uno de cada 5 mil habitantes presenta este tipo de trastornos y que, de ellos, uno de cada mil desarrolla enfermedades asociadas, cifras que podrían ser similares a las de España.