La alimentación en los pacientes con este tipo de enfermedad es muy importante y para ello, ya que no suelen tener ganas de comer, la persona a cargo deberá tener mucha paciencia, y ayudarlo para que no abandone la alimentación.
Para ello debemos dividir las comidas en 6 u 8 pequeñas tomas diarias, aportando alimentos más completos en las horas de mayor apetito.
- Debemos evitar darle alimentos flatulentos, fritos, grasas, y aquellas comidas de olores demasiado intensos.
- Hay que hacerles tomar agua en pequeñas tomas 2 o 3 litros diarios.
- El paciente con cáncer debe alimentarse en un ámbito relajado y tranquilo a una temperatura templada, y se debe prestar mucha atención a su peso.
La alimentación de estos pacientes debe ser adaptada y modificada para que pueda ser adecuada, muchos de estos pacientes tienen problemas para masticar, por lo que conviene cortar o triturar los alimentos, modificando su textura, pero sin dejar de enriquecer la dieta, también son muy útiles en muchos casos los suplementos dietarios, ya que los mismos contienen concentraciones de nutrientes, que pueden satisfacer las necesidades alimentarias del enfermo de cáncer.
Los mismos suelen indicarse cuando la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales, y el médico sabrá cuales son los que mejores se adaptan a los pacientes, de todos modos, los que son ricos en ácidos grasos omega 3, poseen alto grado de proteínas, aminoácidos y vitamina E, que suelen ser de mucha necesidad en este tipo de pacientes.
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