El reflejo de succión no nutritiva de los bebés es considerado un reflejo normal que comienza desde la vida intrauterina. Dentro de este grupo, se puede encontrar la succión de dedos y también el chupete. El momento de mayor desarrollo de esta actividad se da a los 5 meses de vida, disminuyendo rápidamente hasta los 10 meses y persistiendo hasta aproximadamente el año.
Este reflejo se considera primario porque es el que le permite al recién nacido alimentarse y sobrevivir, además de generar un efecto placentero.
El chupete es un objeto ampliamente utilizado en la sociedad occidental actual, sin embargo muchos padres se preguntan acerca de las ventajas y desventajas de su uso, así como también sobre las diferentes formas y materiales que se presentan en el mercado hoy en día.
Entre los efectos beneficiosos del chupete se encuentran el estímulo de la succión en bebés prematuros, la prevención del síndrome de muerte súbita del lactante y el efecto tranquilizador, por el que la mayoría de las madres deciden utilizarlo.
El síndrome de muerte súbita del lactante es una de las principales causas de muerte en los niños menores de un año. Si bien los factores de riesgo que provocan este mal son numerosos, no se han podido establecer causas certeras, aunque se conoce la incidencia que ciertas características podrían tener como el bajo peso al nacer, madre adolescente, madre fumadora durante el embarazo, cuidados prenatales tardíos o inexistentes, exceso de abrigo y la posición del bebé al dormir.
El chupete, especialmente en aquellos menores de 1.500 gramos, les permite desarrollar su sistema gastrointestinal y su reflejo de succión, sin el cual complican su estado nutricional.
Entre las desventajas conocidas de su uso abusivo se encuentran la interferencia que puede resultar para una lactancia materna eficaz, tanto en calidad como en duración, para la cual son fundamentales las primeras tres semanas de vida, la dependencia que puede crear y futuros perjuicios para la salud buco dental.
