Superar una relación de abuso
La violencia de género es una de las problemáticas de hoy, no se puede achacar como erradamente se hacía en el pasado a determinadas culturas, en todas las sociedades del mundo, el machismo es una de las formas más arraigadas y que cuesta cada año millones de vidas de mujeres que sucumben a la violencia familiar, sin que se pueda hacer nada más allá de darles apoyo, porque el fracaso de los programas de prevención y combate de la violencia familiar no tienen éxito porque muchas mujeres, por temor, no se atreven a denunciar, las estadísticas ya preocupantes no son lo totalmente ciertas, millones de mujeres están fuera de ellas, viviendo una vida de maltrato para ellas que repercute en la relación de todo el entorno familiar.
Preguntarse por qué una mujer permite el abuso y el maltrato es una pregunta que tiene miles de respuestas, pero un común denominador, al menos en el 99% de los casos, temor.Luego de dejarse llevar sin detener al primer momento una relación de abuso físico o psicológico, la mujer se ve en un espiral que la lleva de la violencia de palabra a la violencia de hecho, y se asume, por amor a veces, que es algo normal, se plantea la culpabilidad como responsable de ser maltratada, se lo piensa como normal. No hay tal, no es normal, no es amor, y ella no es la culpable de nada sino quien la agrede.
Para superar una relación de abuso y maltratos, como sucede con las enfermedades aditivas o cualquier problema que solo podemos superar a partir de nuestra certeza personal, es asumir que tú eres la dueña de tu vida y que tu vida no fue creada para vivirla en un clima de violencia. Buscar ayuda es lo que se recomienda, una larga lucha para superar un tipo de relación tan nociva pero que siempre hay quien, muchas instituciones para dar una mano a quien quiere dejar atrás la violencia familiar.
Debes tener claro que el amor no existe en una relación donde uno abusa del otro, la violencia es una forma de ejercer poder, una forma de controlar a otra persona más débil a la que se debería proteger. Con la convicción de que la única realidad es que nadie es culpable de nada que merezca someterle a una vida de abusos y maltratos, aceptar que se necesita ayuda y alejarse de este tipo de relación es el primer paso. Se requiere valor pero se debe y se puede hacer, sobretodo porque preservar la vida y su integridad es un derecho y obligación de cada mujer y vivir su vida con tranquilidad en un ambiente donde sea apreciada y respetada es la misión de su vida, recibir menos de eso crea la única culpa que puede sentir, dejar que alguien más le maltrate.