Los nutricionistas consideran que el desayuno es la principal comida del día, y las investigaciones lo reafirman constantemente.
Cuando recién nos levantamos los valores de glucosa generalmente en las personas sanas se encuentra bajos, luego de haber procesado todos los alimentos durante la noche, lo que hace que el cerebro al tener poca energía comience a trabajar con desgano, disminuyendo así su capacidad intelectual.
Es por ellos que se hace necesario desayunar correctamente, aún cuando no se tenga hambre, para mejorar la calidad de energía y favorecer así a la memoria. El cuerpo que es sabio rápidamente se acostumbrará a realizar la comida matutina, y al cabo de dos o tres semanas el reloj del apetito estará funcionando correctamente.
Para mejorar la calidad de energía y que el desayuno sea saludable, debe incluir cereales, frutas y proteínas, entre las opciones destacaremos un correcto desayuno a base de una porción de leche desnatada, o un yogurt con cereales, una tostada con manteca o mermelada light, y un vaso de zumo de naranjas o pomelos.
Los lácteos a pesar de ser desnatados estimulan el rendimiento y la incrementación de la energía, por lo tanto no deben faltar en un desayuno saludable. De igual manera, para mantener los niveles de energía hasta la hora del almuerzo, se hace necesario realizar un refrigerio a media mañana, que no debe superar las 100 calorías. Y para mantener el flujo correcto durante todo el día, hay que dividir el total de los alimentos y las calorías a consumir diariamente, en 6 comidas, cuatro principales, desayuno, almuerzo, merienda y cena, y dos colaciones a media mañana y media tarde.
No dudes en realizar la consulta con tu nutricionista de confianza, y notarás el cambio.
Foto: Gracias a Cillian Storm