Habrás escuchado que hay diferentes tipos de té, negro, blanco, rojo, verde, y cada uno tiene sus propiedades y efectos beneficiosos sobre nuestro organismo.
La principal propiedad del té blanco es su alto nivel de antioxidantes, condición que lo hace muy apreciado sobre todo por la industria cosmetológica ya que lo utilizan en muchos preparados para evitar el envejecimiento de la piel. En comparación con el té verde, el té blanco contiene tres veces muchos más polifenoles, y es capaz de proteger la producción de lípidos 10 veces más que el té verde y por sí mismo le aporta al organismo una interesante cantidad de vitamina C y E.
Es muy bueno para combatir la fatiga mental y física, porque posee la mitad de cafeína que contiene el té verde, lo cual lo hace muy eficaz en aquellas personas muy nerviosas. Por otro lado es excelente para combatir el colesterol malo, lo que ayuda además en la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Reduce el riesgo de infarto, el padecimiento de algunos cáncer, protege contra la caries, previene infecciones y estimula las defensas, el funcionamiento mental y fortalece los capilares.
Para preparar su infusión, debe tomar unas hojas secas del mismo y colocarlas en agua, justo antes de que la misma entre en ebullición, antes de beberlo, debe dejarlo reposar 10 minutos para poder disfrutar plenamente de su agradable sabor y beneficiarse con sus infinitas propiedades. No deje de probarlo!!
no lo e probado pero lo boy aconmrar
recien lo estoy tamando y siento que me a ayudado a relajarme y a no estar muy nervioso. por lo visto es exlente.