La vitamina K, es una vitamina esencial para la formación de protrombina, que es una proteína básica que interviene en los procesos de coagulación sanguínea, dado que cuando la misma se encuentra deficiente se corre el riesgo de padecer mucho más fácil hemorragias.
Hay diferentes tipos de vitamina K, entre ellos encontraremos:
-Vitamina K1, también se la llama filoquinona, y se encuentra naturalmente en muchos alimentos.
– Vitamina K2 o menaquinona, la cual es fabricada por una bacteria que se encuentra presente en el colon.
Entre los alimentos que poseen vitamina K, tenemos a las espinacas, y las hortalizas de hojas verdes, los coles, como el repollo, el brócoli, el coliflor, o los repollitos de Bruselas. Así mismo las legumbres como los garbanzos, las lentejas, la soja y sus derivados, también la contienen. Entre otros alimentos se encuentra en la yema de huevo, y en el hígado.
Quienes padecen un déficit de ésta vitamina, poseen más riesgo de contraer hemorragias, y por lo general padecen seguido de la presencia de hematomas.
Las mujeres necesitan un consumo diario de 90 microgramos, mientras que los hombres, necesitan unos 120 microgramos, y se la puede obtener, consumiendo, media taza de espinacas cocidas o de brócoli, 1 pocillo de lentejas cocidas o 1 porción pequeña de un bife de hígado.
Cabe destacar que aquellas personas que se encuentran medicadas con heparina o warfarina que son fluidificantes de la sangre no deben consumir alimentos que contengan vitamina K, ya que la misma reduce la efectividad de los medicamentos.
Foto: Gracias a Gudlyf
