Beneficios del consumo de sardinas
Las sardinas son peces de mar de tamaño pequeño, parientes de las anchoas y los arenques. Se las puede consumir frescas o en conservas. Al elegirlas frescas prefiera aquellas que son firmes al tacto de ojos brillantes y que no se vean hundidos, ya que se deterioran fácilmente es muy importante mantenerlas refrigeradas y limpias.
En tanto si prefiere las enlatadas o de conservas, dependiendo de sus posibilidades alimentarias, puede preferirlas en aceite o al natural.
Las sardinas son buenas para formar y reparar el tejido muscular, reducir el colesterol malo y aumentar el colesterol bueno, subir las defensas del organismo, hacer mucho más fluida la sangre, una ventaja para evitar los problemas cardiovasculares. Por otro lado disminuyen el riesgo de algunos tipos de cánceres, y previenen la anemia ferropénica.
Entre los aportes nutricionales, encontraremos en las sardinas proteínas de alta calidad, grasas insaturadas del tipo omega 3, vitaminas D,A, y del complejo B, y minerales como hierro, fósforo, selenio, calcio, sodio, magnesio, cobre y zinc.
Para consumirlas, las frescas, deben ser limpiadas bajo el chorro de agua fría y luego se le deben quitar las escamas antes de la cocción, poniendo atención de no limpiarlas con agua caliente, ya que la misma ablanda los tejidos, y puede deteriorar el producto.
Foto: Gracias a Terry Wha