Para realizar una huerta propia en casa no se necesita de mucho más que algunos buenos consejos, ganas de realizarla, cuidarla y disfrutar de todas las particularidades que nos ofrecerán sus frutos.
Cómo hacer una huerta en casa
Debemos contar con un buen espacio, ya sea en el patio terraza o balcón donde al menos tengamos 5 horas de sol, durante la mañana y la tarde, y si no posee demasiado espacio, lo mejor será armar unas buenas jardineras (macetas) que midan aproximadamente unos 30 centímetros de ancho y 1 metro de largo, y su profundidad no debe superar los 25 centímetros.
Lo primordial, será hacer germinar aquellas semillas que deseamos cultivar, para eso deberá tener en cuenta lo siguiente:
Debe depositar las semillas en un almácigo, que podrá ser improvisado en un cajón que no utilice, como los que se descartan en las fruterías para almacenar fresas, sobre un buen sustrato mullido, que deberá estar compuesto por tierra y resaca que no supere los 7 centímetros de profundidad y se encuentre bien regado.
Las semillas deben cubrirse con una capa de tierra seca bien tamizada sobre las mismas, dos veces mayor que su tamaño para que cuando germinen puedan atravezarla sin inconvenientes. Una vez realizado esto se deben volver a regar para que las semillas entren en contacto con el sustrato inferior poniendo cuidado en no empapar la tierra, dado que si esto sucediera, las semillas se acumularán en la parte inferior del cajón, y cuando germine lo harán todas juntas y una encima de la otra.
La idea del paso de la germinación es que puedan dar los primeros tallos cómodamente para que desarrollen sus hojas y raíces. Una vez que hemos conseguido la germinación de las semillas, debemos cuidarlas y cubrirlas por ejemplo con una hoja de periódico, que solamente deberemos levantar para su riego, lo que nos permitirá obtener una mayor cantidad de plantas.
Los riegos debe ser realizados a diario, por la mañana bien temprano o al última hora de la tarde para que dichas semillas mantengan una humedad y una temperatura constante, la cantidad de agua del riego debe alcanzar para secarse a lo largo de todo el día, para realizarlo nuevamente al día siguiente. Tenga presente que el almácigo no debe exponerse a corrientes de aire ni mucho menos al sol directo y debe cuidarse que la temperatura no descienda menos de 12 grados centígrados ni supere los 25.
Una vez que hayamos conseguido al menos el 70 por ciento de las germinaciones de la bandeja, podremos quitar la hoja de diario para permitir el paso de la luz, pero no de sol. Notaremos que alrededor de los 7 días estas pequeñas plántulas ya poseen al menos dos o tres hojas, y ya pueden ser transplantados a las macetas o al suelo que hayamos elegido para su destino, y debe ser extraído del cajón con sumo cuidado para no dañar sus delicadas raíces.
De esta manera, podemos contar una vez germinadas las semillas, con una diversidad de especies que podremos plantar tanto en macetas para el balcón o la terraza, como para algún sitio destinado a la huerta en nuestro jardín.
me encanta cultibar y esas cosas…ami me gusta mucho!!!