La dilatación pasiva es aquella donde el útero luego de que el cérvix se borra alcanza hasta unos 3 centímetros de dilatación, generalmente es la fase más larga del preparto y las madres primerizas suelen demorar entre unas 6 a 8 horas en dilatarlos.
En ésta etapa las contracciones comienzan a sentirse bastante ya que son un poco más fuertes, pero se mantienen irregulares, y a medida que pasen las horas y la dilatación sea mayor, se acrecentarán siendo más largas y sostenidas hasta el momento de indicarnos que nuestro bebés está por nacer.
Estas contracciones que nos van avisando que ha llegado el momento y que nuestro bebé estará junto a nosotras de un momento a otro, son más profundas que las contracciones de ensayo que tuvimos a lo largo del embarazo, lo que debemos destacar es que cada mujer es diferente y por lo tanto no todos los prepartos son iguales en unas y otras, muchas futuras madres pasan rápidamente esta etapa y pasan a la fase de dilatación activa en pocas horas.
Si bien el comienzo de preparto ha comenzado lo más recomendable es quedarse en casa tranquila, a menos que el médico nos haya solicitado una internación, es conveniente comenzar a practicar la respiración entre una contracción y otra que aún se dan bastante espaciadas y esperar que llegue el momento de dirigirnos al hospital controlando cada cuanto tiempo y de que forma se presentan las mismas.