Muchas veces ocurre que cuando le presentamos a nuestros hijos una nueva pareja, aparece el rechazo de inmediato, sobre todo cuando son pequeños todavía y no entienden demasiado.
La verdad es que ese pequeño si ya ha conocido una y otra pareja anterior de sus padres, lo más natural es que sienta rechazo, porque con el tiempo el consigue aceptarla, se encariña y luego cuando se rompe el vínculo entre los mayores, la pierde, y desaparece.
Lo aconsejable en éstas ocasiones, es no volvernos locos y darle tiempo, es muy importante que el niño no se sienta obligado a querer a nadie por imposición de sus padres, ya que desde pequeño debe aprender que su cariño es importante y no tiene porque desperdiciarlo, o dárselo a quién no desea.
Forzar e imponer a un niño que aprenda a querer a una persona, puede resultar muchas veces contraproducente, hay que tener presente que si la relación del padre o la madre y su nueva pareja se consolida, poco a poco, mediante el tiempo compartido, y actividades en conjunto, donde el pequeño se sienta cómodo y lleno de afecto, dejará de rechazarla y le brindará su aceptación y cariño.
