Esta es una pregunta que nos hemos hecho muchas madres, que nos sorprende cuando tenemos largos trabajos de parto que llevan horas y horas, mientras dilatamos rumbo al alumbramiento de nuestros hijos, y no nos permiten tomar agua, ni mucho menos comer algún alimento.
Al inciarse la dilatación, es conveniente que se deje de tomar líquidos y alimentarse por el simple hecho de que todo sigue su curso natural, pero puede surgir algún imprevisto y tenemos que recurrir a una cesárea, aunque esto no sea lo más común, puede llegar a suceder, y es mejor estar en condiciones, ya que la misma lleva anestesia y cuando se utiliza la misma con el estómago lleno, existe el peligro de que la futura madre regurgite y aspire el contenido gástrico.
En estos casos se complicaría severamente el cuadro, porque una aspiración de contenido gástrico puede terminar en una neumonía por aspiración, por lo tanto es mejor soportar esas pocas horas de hambre, y sed, aunque de ser necesario, si la madre ha comido algo y hay riesgo para su bebé, el médico decidirá si vale la pena correr todos los riesgos y realizar una cesárea.