El primer trimestre del embarazo suele ser una etapa de mucha incertidumbre. Durante este periodo los malestares físicos pueden afectar la rutina diaria de la madre, y sumarse a los cambios emocionales.
Sin embargo pronto llega el momento en que comienza a sentir las patadas de su bebé y puede establecer de manera completa un vínculo con él.
Si bien, el pequeño se ha estado moviendo desde la séptima u octava semana, lo más probable es que se haga sentir entre las semanas 16 y 22 del embarazo.
Durante este periodo es difícil distinguirlo, ya que muchas veces se pueden confundir con movimientos intestinales.
A veces la estructura física puede afectar en la capacidad para discernir: las mujeres más delgadas suelen sentir los movimientos del bebé más temprano que aquellas con un ligero sobrepeso.
Que se debe sentir
Como todas las sensaciones existirán muchas maneras de expresar este momento de felicidad. Mientras algunas lo describen como un pez nadando de un lado a otro, otras dirán que se parece a una mariposa aleteando por la barriga.
Cuando la frecuencia de estos movimientos comienza a aumentar, ya no habrá duda y cada mamá podrá notarlo a la perfección, especialmente durante los momentos de tranquilidad, cuando permanezca sentada o acostada.
Cada cuanto debo sentirlo
En los comienzos las pataditas serán pocas y espaciadas. Aunque el bebé se mueve con regularidad, no todos pueden ser notados por su madre. A medida que avance el embarazo los movimientos serán más intensos y regulares, y se convertirían en un importante indicador de su estado de salud.
A partir de la semana 24, el bebé puede tener hipo de vez en cuando, y esto podrá ser visualizado como movimientos bruscos. A medida que va creciendo tiene menos espacio en el útero para moverse, por lo que sus movimientos se reducen, mientras que en las últimas semanas del embarazo, las mujeres podrán distinguir los codazos y las patadas, que sucederán de manera más espaciada.