Durante la etapa de gestación es muy importante el apoyo que los padres reciben del obstetra que acompaña a lo largo de los meses y despeja las dudas y los miedos que trae la nueva vida que está por llegar. Sin embargo, una vez que el bebé nació, un nuevo desafío se presenta: la búsqueda de un pediatra.
Esta tarea se vuelve fundamental ya que permitirá que los padres atraviesen los complejos los primeros meses del bebé, asesorados y acompañados tal como lo hicieron durante el embarazo.
Aspectos para tener en cuenta
Algunas parejas deciden emprender la búsqueda aún antes del momento del parto. Esto les permite de cierta manera establecer un vínculo de confianza que los ayudará mucho, especialmente en los primeros días del bebé, cuando todo resulta nuevo e inquietante.
En otros casos, resulta de mucha utilidad la consulta en el seno de la familia, del grupo de amigos o de trabajo. Pedir referencias contribuirá a establecer parámetros mejores en la decisión final.
Además de la buena empatía que debe haber con el especialista que elijamos para velar por la salud de nuestro pequeño, es importante tener en cuenta la cercanía del consultorio respecto a nuestro lugar de residencia habitual, ya que las primeras visitas deben realizarse de manera frecuente.
Asimismo, debemos saber que cuenta con disponibilidad horaria e informarnos acerca de si podemos localizarlo telefónicamente en caso de una emergencia.
Cómo en todo el embarazo, el desarrollo del bebé debe contar con un buen apoyo médico que aporte tranquilidad. El pediatra debe saber escuchar todas tus preguntas y dudas, pero principalmente debe establecer una buena relación con los adultos que permita explicarles y darles consejos sobre prevención en relación con la salud del pequeño.