Prenda mundialmente distintiva de los atuendos de colegialas y propia de otros uniformes para damas, las faldas tableadas son clásicas, pero sus distintos estilos la han hecho colocarse a la vanguardia en épocas determinadas.
Esta condición de adaptabilidad (seguir distintos estilos) o ser parte de atuendos de distinta índole hacen que la tendencia a la que pertenecen sea más bien ambigua.
Un uniforme de colegio, una monja, una azafata, una ama de casa, una secretaria, una animadora, una profesora… diversos estereotipos pueden venirnos a la cabeza cuando se piensa en aquellas quienes suelen vestirla.
De la textura y del patrón de su tela dependerá el estilo de la prenda. Si se trata de una falda corta tableada a cuadros rojos y negros, se remitirá a una moda punk, si es hasta el tobillo en un color beige liso, quizá sea la pieza de un atuendo vintage.
La anchura de cada tabla y su posición también hablan de cuan vanguardista y recatada pretende ser la falda. Las minifaldas tableadas, por ejemplo, pretenden coronar las piernas, y pueden ser acompañadas con leggings o medietas de algodón extralargas, lo cual es usual en las tendencias de moda oriental.
Foto: The girl, the gold watch and everything, y Web de la moda
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