A medida que van creciendo nuestros hijos podemos encontrarnos con niños tímidos o por demás tranquilos, que no tienen reacción frente a las agresiones, por ejemplo cuando algún niño los empuja en la plaza.
No es que debamos criar niños agresivos, pero debemos enseñarles a defenderse, y así mismo inculcarles que tienen derecho a defenderse y no permitir que los lleven por delante, ni admitir y dejarse pegar por otros. Está muy bien hacerles sentir que cuentan con nuestra aprobación y que nosotros no nos oponemos a que se defiendan.
De todos modos si en niño no puede hacerlo por sí solo, no debemos obligarlo a que reaccione violento frente a las agresiones, porque entonces se sentirá frustrado y sufrirá el doble, en el caso de que nuestro hijo prefiera evitar los enfrentamientos con sus pares es mucho mejor respetarlo.
Como adultos debemos estar muy atentos a que los demás niños no abusen de su personalidad, pero al mismo tiempo nos es muy conveniente dejarlo que aprenda a solucionar por sí solo sus propios problemas.
