En el desarrollo de nuestros pequeños existen diferentes momentos en los que podemos notar que progresa hacia otra etapa, o regresa a una anterior.
Generalmente los estados regresivos suelen darse cuando comienzan la primera etapa de la escuela. Esto es absolutamente normal, el niño comienza a sentir miedo porque son experiencias que antes no había tenido, se asusta frente a una prueba o frente a las diferentes situación que se dan a diario, y termina por volver a la cama de los padres buscando consuelo, protección y seguridad.
Debemos plantear y dejar en claro, con mucha paciencia que el que regrese a dormir con nosotros, no le va a dar mayor seguridad, pero que si cuenta con nosotros para enfrentar esos miedos nuevos y que nosotros estaremos allí para ayudarlo. Por lo tanto frente a los estados de regresión del pequeño debemos ser muy tolerantes.
Es muy normal que frente a una pareja divorciada, el niño cuando llega a la casa de uno de los integrantes de la misma duerma con él, y lo mismo sucede cuando retorna a su ámbito cotidiano, pero esta situación no es la más recomendable.
El niño en estos casos está ocupando un lugar que no le corresponde en la cama de ambos padres, por lo tanto frente a los estados regresivos, hay que dejar en claro que si bien cuando ellos duermen en la cama grande se sienten seguros, y protegidos, deben adquirir el hábito de dormir solos, siempre dejando en claro que cuentan con nosotros para proporcionarles cierta estabilidad emocional, y que cada uno ocupe el lugar que le corresponde.