Los padres usualmente se preocupan continuamente sobre cómo proteger a sus hijos de personas extrañas y de la violencia, pero muchos no reconocen que una de las amenazas más grandes para la seguridad y bienestar de sus hijos es su propia casa. Los expertos aseguran que niños entre uno y cuatro años tienen más posibilidades de lastimarse quemándose, ahogándose, atragantándose, envenenándose o por caídas, que por la violencia en la calle.
Son millones de niños los que anualmente resultan heridos en su propia casa y es por eso que es importante poner tu casa a prueba de niños. En muchas tiendas puedes encontrar toda clase de elementos a la venta que pueden en realidad ayudar a que tu casa sea más segura para el niño o si quieres tener más seguridad y lo puedes pagar, puedes contratar a un experto en poner las cosas a prueba de niños, que instalará varias cosas para ti, pero recuerda que estos implementos no son un sustituto a tu cuidado.
La forma más efectiva de asegurar la seguridad de tu hijo de entre uno y cuatro años es tomar el punto de vista del pequeño de la casa. Ponte en tus rodillas y manos y mira como se ven las cosas desde allí. Mira lo que está a su alcance, lo que le puede parecer llamativo y lo que harías y a donde irías si fueran un niño pequeño que estuviera gateando o caminando por allí. A medida que empiece a caminar y a escalar cosas, debes reevaluar todo nuevamente.
Debes cuidadosamente asegurar o guardar lejos cualquier veneno potencial u otro peligro, incluyendo los productos de limpieza, las medicinas, las vitaminas y los cuchillos. Otra opción es que utilices puertas o redes para limitar el acceso de tu hijo a ciertas áreas de la casa que puedan contener elementos peligrosos. Mantente atento a los objetos pequeños que tu hijo se pueda meter a la boca y con los que se pueda atragantar como las monedas, canicas, clips de papel y otros que se encuentren en mesas bajas.
Foto: lisatozzi