Si bien la talla y el crecimiento del bebé vienen determinados en su carga genética, son muchos los pequeños que mantienen un pobre crecimiento es los primeros años de vida, y muchas veces ésto preocupa.
Se dice que un niño tiene percentil 3, cuando el pediatra debido a su falta de crecimiento y desarrollo en la talla natural, se ven afectados y no corresponde a los parámetros estándar, por lo tanto lo medirá cada 6 meses o un año, para observar como va creciendo, y determinar si hay alguna causa que pueda interferir en su correcto desarrollo.
Casi un 15 % de los niños que tienen un pobre crecimiento lo padecen por un déficit en la hormona de crecimiento que no es segregada correctamente por el organismo, o un trastorno crónico de insuficiencia renal que provoca una enfermedad que conlleva a una mala absorción de los nutrientes que intentamos incorporar en la alimentación, también puede venir por un pobre desarrollo en el crecimiento intrauterino, desde antes que nazcan, y por eso el pediatra necesitará determinar las causas.
La mayoría de los niños que no son muy altos, vienen determinados con la carga genética y hereditaria, porque sus padres tampoco lo son, es necesario para que alcance su estatura máxima determinada por sus genes, que mantenga una vida saludable y una correcta alimentación, que practique algún deporte regularmente y que se respeten sus horas de sueño.