Durante el embarazo, y con mucha frecuencia muchas madres sentimos y experimentamos a lo largo del mismo cambios en nuestras preferencias culinarias. Esto responde a un cambio en la sensibilidad y variación en las papilas gustativas.
De esta forma es que encontraremos muchas veces desagradables olores o sabores en ciertas comidas que por lo general nos agradaban, y por el contrario podemos experimentar unas marcadas ganas por alimentos que antes no nos llamaban la atención y nos resultaban totalmente inapetentes. De allí es de donde aparecen los famosos antojos, que se nos ocurre comer cosas raras que jamás pensamos en el momento menos indicado.
La razón de esta circunstancia no es puramente psicológica, sino que responde más bien a un cambio hormonal, y en todo caso no habría que prestarles mayor atención si no interfieren en nuestra dieta variada y equilibrada ya que esto es lo verdaderamente importante.
Aunque muchas veces le prestemos importancia la alimentación durante la gestación es muy seria e importante, y no debe estar puntualmente apuntada a las apetencias y preferencias exclusivas del momento, sino a un equilibrio exacto de todos los nutrientes que el organismo necesita para la madre y su futuro bebé.
Foto: Gracias a fabiogoveia
