Como padres siempre debemos evitar comparar a nuestros hijos con el desarrollo de los hijos ajenos, o con sus hermanos o compañeros de guardería, dado que ningún niño se desarrolla de la misma manera ni tiene el mismo ritmo de crecimiento.
Cada bebé alcanza sus metas de desarrollo a su debido tiempo, algunos son más rápidos en su crecimiento psicomotriz en cambio otros aprenden más rápido el lenguaje o viceversa, y si como padres insistimos indebidamente en que nuestro hijo se parezca a los demás terminaremos consiguiendo el efecto contrario.
Los parámetros de crecimiento son orientativos, y eso lo debemos tener siempre presente, de todos modos si notamos o tenemos algunas inquietudes, nada mejor que evacuarlas en la consulta del pediatra.
Debemos prestar mayor atención si nuestro hijo a alcanzado el año y medio de edad, y no camina, aunque no es del todo preocupante, debemos preguntar para que el pediatra nos aconseje, dado que podríamos estar frente a un retraso motor y mientras más rápido lo solucionemos mejor.
Que el niño no sepa hablar a esta edad no es alarmante, pero si llegado los dos años no pronuncia sonidos, ni emite una sola sílaba, no responde a órdenes sencillas, seguramente estemos frente a algún inconveniente y por consiguiente la consulta debe ser inmediatamente.
Foto: Gracias a Tela Chhe