Los niños entran alrededor de los dos años en una etapa donde no distinguen la fantasía de la realidad, por lo que muchas veces inventan cosas, sin que lleguen a ser «mentiras» de verdad.
Como padres debemos por un lado sentirnos bien ya que nuestro hijo es muy imaginativo y tiene una gran capacidad de inventar, pero siempre y cuando si estas fantasías tienen poca importancia, y se pueden tomar a modo de juego, ya que no son demasiado trascendentales.
Una vez que ya son más grandecitos, este tipo de situaciones pueden ser mal interpretadas, crearles confusión o daño, y tenemos la obligación de decirles y hacerles entender que no está bien decir cosas que no son ciertas explicando cual es el motivo.
Es muy normal que culpen a los demás, inventen cosas o situaciones, para que no los retemos o tomemos represalias contra ellos, pero también es sumamente importante que como padres sepamos donde poner el limite, y en un medio de contención, amor y cariño, explicarles que no es necesario mentir, que aunque se equivoquen, y nos digan la verdad, bajo ningún punto vamos a dejar de quererlos, que estamos para apoyarlos en todo, que no los culpamos y que todo se puede solucionar, cuando se dice la verdad.
Foto: Gracias a IanMatthewSoper