Comunicar la llegada de un nuevo integrante a la familia, no suele ser muy fácil, de hecho no existe el momento ideal para poder hacerlo, sobre todo cuando ya tenemos un niño que aún es pequeño y tal vez no le sea fácil comprender que es lo que está sucediendo.
Si hemos desarrollado vínculos verdaderamente fuertes y sanos, padres e hijos, lo normal es que alrededor del segundo año de nacido el primer hijo este comience a separarse un poco de sus progenitores y adopte una postura un poco más independiente.
Esto nos permite a los padres, observar que esta dejando de ser un bebé y podremos si es nuestra decisión buscar correctamente un hermano para él.
Muchos padres a veces prefieren no esperar este tiempo y buscan seguido la llegada del otro niño y esto no es malo, si somos capaces de afrontar la crianza de dos niños la mismo tiempo sin dejar de compartir afectos, buena educación y cubrir todas sus necesidades y demandas.
Lo que suele suceder en estos casos es que muchas veces ambos bebés compiten por el cariño de la madre y el más grande se siente desplazado por la llegada del más pequeño. De todos modos nadie nos asegura que un niño mayor de dos años no tenga estos mismos sentimientos.
Foto: Gracias a mriggen