Muchos son los padres que se desviven por festejar el primer añito de vida de sus hijos, ya que no es un acontecimiento que pasa desapercibido en la mayoría de las familias, abundan los regalos, los mimos y los besos y abrazos para el pequeño bebé.
Pero tenemos que recordar, que un bebé de un año, no tiene presente que es su cumpleaños, ni mucho menos espera con toda la ilusión un festejo a lo grande, Lo más seguro es que note ese clima festivo, y en algunos casos disfrute de él, pero no lo recordará luego.
Un bebé de un año, aún no tiene la capacidad de soplar las velitas, y seguramente llore en ese momento, como así también cuando lo sorprendan en abundancia el flash de las cámaras fotográficas, por otro lado, los bebés se asustan ante lo desconocido y mucho más aún se alteran cuando hay demasiado bullicio.
Los padres debemos contenerlo, cuidarlo y tenerlo en brazos mientras el niño recibe el cariño que el resto de la familia desea brindarle, esto es para que no se asuste, y se pase casi todo el festejo llorando. Ellos son muy sensibles, y no se adaptan a cambios repentinos, como suele suceder cuando los padres le festejamos el primer año.
En cuanto a los regalos, un muñeco común y corriente de colores estridentes es suficiente, es más al recibir tantos regalos, no les prestará atención, lo único que cabe rescatar en este día tan especial, es que el niño tendrá presente todos aquellos mimos y caricias, que le regalen, haciéndolo sentir muy querido.
Foto: Gracias a Super Dave Chen