Cuando una pareja llega a la decisión de adoptar un bebé, es definitivamente, porque ya se sometió a todas las formas posibles para poder tener un hijo, que lleve genéticamente sus rasgos físicos, espirituales y todo lo que la paternidad biológica nos permite.
En estos casos, la posibilidad de brindar amor, es mucho más grande que la necesidad de satisfacer las ganas de tener una prolongación de su persona. Son muchos seguramente los obstáculos que han tenido que sortear hasta tomar la delicada decisión de renunciar a la búsqueda de ese ansiado hijo, pero que seguramente en un hijo que no es de su propia sangre, encontrarán, a quien brindarle el amor que en esa pareja sólida sobra.
Estos padres se someten a las opiniones constantes de las familias y respuestas encontradas ante la posibilidad de renunciar a la paternidad biológica, pero seguramente la elección de ser padres y la necesidad de brindar cariño, amar y enseñarle a un pequeño bebé desamparado, sea todo un reto, del cual saldrán airosos.
La naturaleza no siempre nos da las posibilidades que desearíamos, pero son muchos los niños en el mundo que necesitan de una familia y de mucho cariño, por lo tanto apoyar incondicionalmente la decisión de adoptar un niño, que no será gestado en el interior de esa madre, y que seguramente será querido y educado como propio, es parte del acto de amor más grande del mundo.
