Sensibilidad o intolerancia del bebé con los alimentos

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Intolerancia y alergia del bebé

Generalmente la lactancia materna marcha sobre ruedas, tanto para la madre como para el bebé, pero en muchos casos existen intolerancias a algunos alimentos que pueden provocar malestares al bebé.

El bebé y la intolerancia a algunos alimentos

Como es sabido, en algún momento nos ha sentado mal un alimento, del mismo modo los alimentos que la madre come pueden provocar reacciones en su hijo, ya que una parte de ellos pasa a través de la leche. El bebé puede reaccionar con nerviosismo, amamantando más de lo habitual y generalmente llorando desconsoladamente. Es fácil confundir este problema con los cólicos.

El comportamiento provocado por la sensibilidad a determinados alimentos tiene solamente lugar cuando la madre consume el alimento responsable de la reacción adversa y desaparece en menos de 24 horas.

Los alimentos flatulentos, tales como el repollo, la cebolla, el ajo, el brócoli, a veces no son bien tolerados por algunos lactantes, este tipo de reacción desaparece en menos de 24 horas o hasta que la madre vuelva a consumir de los mismos en su alimentación diaria.

En muy pocos casos los bebés son alérgicos a la leche de vaca o a ciertos derivados lácteos que forman parte de la dieta de su madre, por lo que sufren de cólicos prolongados, cuando ella consume estos productos. Aparte de los llantos y la inquietud generalmente propia de estos cólicos, una leve alergia puede provocar malestares gastrointestinales, llevando al bebé a a levantar las piernas y a retorcerse de dolor.

Este tipo de situaciones debe ser comentada en el control pediátrico, antes de eliminarlos de su dieta, si los malestares persisten más allá de dos semanas probablemente el niño tenga un verdadero cólico en lugar a una alergia o una intolerancia a los alimentos que usted ha ingerido. En los casos en que el bebé tenga antecedentes familiares de alergia a ciertos alimentos la madre debería evitar consumirlos a modo de prevención, incluso si el niño no presentara ningún tipo de sintomatología.

Se puede comprobar si determinados alimentos o grupo de ellos provoca reacciones en el bebé o no, volviéndolos a introducir en su dieta, uno a la vez y viendo si su hijo vuelve a presentar una reacción adversa.

La cafeína es otra sustancia que a veces crea problemas en los bebés amamantados. Parte de la cafeína que consume la madre pasa a su bebé a través de la leche y puede provocar que el niño este más irritable y quiera lactar más a menudo. Puesto que los bebés lactantes no eliminan correctamente la cafeína esta tiende a acumularse en su organismo, y es posible que no lo detecte inmediatamente hasta pasadas las dos semanas de darle el pecho. Es recomendable evitar el consumo de cafeína, o reducirlo al mínimo.

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